Marcelo Vorobiof: ¿Podemos hablar de una soberanía alimentaria en Santa Fe?

Cuando decimos que vivimos en un país igualitario, me gusta hacer un poco de zoom y analizar en detalle si esto es realmente así. Sin dudas hoy la igualdad se ve en muchos ámbitos, pero …¿vivimos en un país totalmente igualitario?

 

Me gustaría ver un tema que a mi me preocupa mucho y es el acceso a la alimentación. ¿Podemos todos consumir la misma calidad de alimentos?

 

Para contestar esta pregunta antes vamos a definir lo que entendemos por “Seguridad y Soberanía Alimentaria”.  Este término no sólo hace referencia a la producción de alimentos sanos y seguros en cada territorio sino que también al acceso y distribución de los mismos por parte de la población.

 

Entonces… ¿Existe la soberanía alimentaria en Santa Fe? No sé si puedo contestar esta pregunta, pero lo que sí puedo es señalar algunos indicios que me hacen creer que vamos por buen camino.

 

En primer lugar, el Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe aprobó una ordenanza de promoción de la agroecología. Entre otros aspectos, la norma incorpora la creación de un registro de producción agroecológica, determina que la Municipalidad compre alimentos en forma saludable para sus dependencias y prescribe la conformación de un consejo consultivo integrado por agricultores para diseñar políticas públicas.

 

Por otro lado, los espacios para la práctica de la agricultura urbana en la ciudad se ceden en uso gratuitamente, mediante un convenio anual, a los horticultores, quienes se comprometen a asegurar una producción continuada durante todo el año, utilizando técnicas ecológicas.

 

Sin dudas estos son pasos agigantados, pero es importante saber que la soberanía alimentaria requiere la intervención activa del Estado y políticas públicas que protejan los modos de vida y de producción campesinos-indígenas, que garanticen que las comunidades puedan permanecer en las tierras que habitan y que trabajan, sin hostigamiento ni amenazas de desalojos, y que fortalezcan el tejido organizativo y cooperativo.

 

Es decir: políticas activas que desconcentre el sistema agroalimentario y modelen la producción y la demanda las que pueden favorecer el acceso de todos a alimentos de buena calidad.

 

¿Hemos logrado esto? ¿Podemos hablar de una soberanía alimentaria en Santa Fe? No sé si puedo contestar estas preguntas, pero me alcanza con pensar que vamos rumbo a poder decir: ¡lo logramos!

 

Marcelo Héctor Vorobiof

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