Lo que me sostuvo siempre: una mirada sustentable del crecimiento
Mis raíces, valores y la forma en que elijo construir futuro
(por Marcelo Vorobiof)
Hay momentos de la vida en los que uno siente que todo lo construido se pone a prueba.
A veces lo desafían las circunstancias, otras las miradas ajenas, y muchas veces los propios temores.
Con el tiempo entendí algo esencial: uno no se define por los tropiezos, sino por la manera en que decide levantarse y seguir aportando.
Nací y crecí en Santa Fe, una ciudad que me enseñó a valorar lo simple: el trabajo bien hecho, la palabra cumplida, el respeto por el otro. También me enseñó algo que hoy aplico de manera consciente en cada proyecto: lo que se cuida crece; lo que se descuida se pierde.
Esa es, para mí, la verdadera esencia de la sustentabilidad.
Siempre creí que el progreso real sucede en comunidad. Por eso, cada iniciativa en la que participé —en el sector privado, en el desarrollo regional o en proyectos sociales— tuvo una misma raíz: crear valor duradero, no solo resultados inmediatos. La sustentabilidad no es una tendencia: es una manera de entender el desarrollo, equilibrando el crecimiento con el cuidado de las personas, del entorno y del futuro.
En mi camino profesional viví momentos de expansión, aprendizajes profundos y etapas desafiantes.
Hoy miro hacia atrás y comprendo que cada experiencia me ayudó a reconectar con mis convicciones: impulsar propuestas responsables, trabajar con equipos comprometidos, acompañar a quienes emprenden y generar impactos que perduren más allá de lo personal.
A veces me preguntan qué es lo que me motiva a seguir adelante. Y la respuesta es simple: me mueve la idea de dejar algo que sirva, que inspire y que mejore la vida de otros.
En Santa Fe veo talento, energía y creatividad. Veo jóvenes que imaginan un futuro distinto y personas que, aun con años de trayectoria, siguen creyendo que vale la pena reinventarse. Ellos son el motor de todas mis decisiones. Es por ellos que elijo proyectos que promuevan educación, innovación, desarrollo sustentable y bienestar comunitario.
Hoy camino con una mirada más humana, cercana y consciente del impacto que cada acción puede generar.
Elijo tender puentes, colaborar, impulsar iniciativas que fortalezcan a la región donde crecí.
Mi historia no es lineal; es la de alguien que aprende, que se reconstruye y que sigue adelante con la convicción de que siempre se puede aportar más. Y es en ese recorrido donde la sustentabilidad dejó de ser un concepto para convertirse en una forma de vivir, trabajar y mirar el futuro.